martes, 27 de septiembre de 2016

RECEPTORES CUTÁNEOS

La piel permite la percepción de muy finas e innumerables sensaciones, entre ellas las de contacto, presión, temperatura y dolor. Estas sensaciones son producidas por estímulos que llegan a nuestra piel a través de sus células receptoras.  

Los receptores que determinan la sensación de contacto son los corpúsculos de Meissner. Están especializadas en el tacto fino, permitiéndonos captar la forma y el tamaño de los objetos, y distinguir entre lo suave y lo áspero. Se ubican en la zona superficial de la piel, especialmente en la lengua, los labios, las palmas de las manos, las yemas de los dedos y en las plantas de los pies. Estas sensaciones táctiles se agudizan cuando una persona se encuentra a oscuras y, con mayor razón, en las personas no videntes, llamado sentido estereognóstico (capacidad de apreciar los menores relieves: alfabeto Braille, monedas, etc.).

Los corpúsculos de Pacini son los receptores encargados de percibir el grado de presión que sentimos; nos permiten darnos cuenta del peso y de la consistencia de los objetos, y apreciar si estos son duros o blandos. Están ubicados en la zona profunda de la piel, sobre todo en los dedos de las manos y de los pies, pero son poco abundantes.


Los corpúsculos de Ruffini perciben los cambios relacionados con el alza de temperatura. Es decir, si la temperatura de un cuerpo es mayor que la nuestra -la normal oscila entre los 36° y los 37° C- se origina una sensación de calor. Los corpúsculos de Ruffini se encuentran en la zona más profunda de la dermis y en la hipodermis, principalmente en las manos y en los pies. En tanto, los corpúsculos de Krause, ubicados en la parte profunda de la hipodermis, son los encargados de registrar la sensación de frío, que se produce cuando tocamos un cuerpo o entramos a un espacio que está a menor temperatura que nuestro cuerpo.


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